A cara de perro

Como cada vez que me invitan a un lugar que no conozco, pienso :¿tendrán perro?.
Ya que de a poco estoy contando buena parte de mis defectos (es que mucho mas no hay!) debo confesar que soy fóbica. Sí señores, fóbica a los perros. ¿Y qué? Uno no elige el objeto de su fobia. Hay gente que es fóbica a los botones, o a la lechuga o a alguna otra cosa inanimada. Al menos, el perro puede morder.
Van a preguntar: ¿alguna vez te mordió un perro? Y sí, una vez me mordió un perro. Porque resulta que mi vieja les tenía miedo porque a ella tambien la había mordido uno cuando era niña y entre las cosas que heredé, aquí está, heredé mi fobia.
Por este motivo fui víctima además, de un engaño a gran escala cuando era niña (uno entre tantos). Me hacían creer que había algún farmacéutico milagroso que tenía en sus arcones un "líquido antiperros" que no era otra cosa que alcohol alcanforado. Claro, con ese olor no se me acercaban ni los perros ni los humanos!
Pero el engaño no fue bueno (o yo muy sagaz, no, creo que lo primero) y descubrí todo y mi fobia volvió acentuada.
Hace unos años, no preguntaba antes de ir a lo de un extraño si tenían perro. Me encontraba con la "novedad" al llegar y tenía que bancarme el sufrimiento (o no) durante toda mi estadía.
Digo sufrimiento (o no) porque todo depende del grado de amor-locura que tengan los dueños con sus perros. Me he encontrado el caso de dueños tan fanáticos de sus perros que prefieren matar a la madre antes de que el perro se incomode. O los que los tratan como a humanos y les preguntan que quieren comer (esperaran que conteste?). O los que se ofenden porque "no me gusta" su perro.
Pero algo que nunca falta es que me digan reiteradamente: "Pero si no hace nada... Es bueno...". ¿Que parte de FOBIA no se entiende?. No hay que ser una eminencia para comprender que la fobia no tiene explicación coherente ni tiene consuelo posible. ¿O acaso la altura hace algo? No, no hace nada, y hay quienes tienen vértigo. ¿O no es uno muchas veces mas grande que una mísera cucaracha?. Y sí, pero hay quienes les temen.
Por eso ahora, al ser convocada a asistir a un lugar extraño, pregunto: ¿hay perro?, ¿cuán fanático/a sos?, ¿se puede encerrar o mandar al patio sin que sufra?. Si las respuestas son: sí, muy, no. Entonces no voy! Porque tampoco es cuestión de que el perro (o el dueño) se torturen por mí. Porque no soy una malvada que quiere crucificar a todos los perros del universo incluído Pluto, no, no le deseo el mal al perro. Soy fóbica nomás. He dicho. Guau.