Que sepa planchar...

Se viene el día de la madre. Ya sé, un día comercial, inventado para que todos gastemos dinero y algunos puedan vender más y bla bla bla... pero es mi primer día de la madre como madre-no portadora- (porque el año pasado todavía estaba la criatura dentro mío) y decidí hacerme un regalo.
Como yo seré mala, pero prolijita, me regalé una plancha. (Yo sí que sé como divertirme en los ratos libres!!! Porque además de que me la compre yo, ya la estrené!!!)
Cuando les conté esto a mi hermano y mi cuñada, mi hermano, que me conoce y sabe que soy una hincha pelotas (entre otras cosas con la ropa planchada), me preguntó: ¿¿¿¿¿Pero no tenías plancha?????
Y ahí, casi sin darme cuenta, surgió la trágica historia de las planchas que tuve. Caen lágrimas por mis mejillas mientras escribo...
...La primer plancha que tuve en mi vida de soltera viviendo sola fue una plancha seca (porque hay a vapor tambien, vió?) verde, vieja, que heredé de mi abuela (con posa-planchas haciendo juego y todo) murió de muerte natural un día de otoño en el que yo mucho la necesitaba para planchar una ropa con la que iba a salir. Seguramente, este desafortunado suceso cambió el curso de mi vida!
La segunda plancha que tuve fue un regalo de mi primer concubino (ya voy por el segundo a tan corta edad, je) y creo que su regalo no fue tan inocente como pretendía. Resulta que el sujeto trabajaba en un lugar donde usaban uniforme que tenía una camisa imposible de poner sin planchar así como imposible de planchar. Esa plancha, por suerte duró mucho mas que ese concubinato, pero un día, mientras estaba planchando, sin previo aviso, sin mediar palabra, tuvo un intento de suicidio, se tiró desde la tabla de planchar (extrañaria al sujeto?), el intento casi se vuelve suicidio, pero no, sobrevivió. De cualquier manera, estaba en terapia intensiva y tuve que comprarme otra.
La tercer plancha que tuve, ya formando parte de los bienes gananciales de mi actual concubinato, me la compré yo solita, sin ocasión especial. Era una plancha muy moderrrrrrrrrrrrna (era tan linda, si ud. la viera!!!) a vapor, con rociador, super liviana... Pero era TAN liviana, que quiso volar... Tuvo éxito con su intento de suicidio que también fue facilitado desde la tabla de planchar (oh, no! dejá vu! esto yo ya lo viví... pensaba yo mientras iba cayendo) y murió despedazada. Todos sus lindos botoncitos desparramados por el piso, no puedo parar de llorar, por suerte no sufrió y murió en forma instantánea!
Espero que mi cuarta plancha no lea esto para que no huya mi casa, para que no evite subirse a mi tabla de planchar, para que no tenga miedo...
¿Seré una asesina serial de planchas? ¿Se verán tran traumadas que prefieren morir a que yo las siga usando?.... esta historia seguramente continuará...
(Che, les juro que plancho bien!!!!)